Lo que me pides no puedo hacerlo, lo siento mucho. Sé que quizás tú me ames, pero lo que yo siento por ti no va más allá de la simple atracción, de ese juego que un día empezó con miradas y coqueteos y desembocó en todo esto. Quiero que sepas que lo siento, de verdad, a mí me duele tanto como a ti, pero no puedo dejarlo todo y seguirte, yo no tengo ese valor y lo que siento por ti no me lleva a hacerlo.
Recuerdo que éramos compañeros de clase, pero al principio no me fijé en ti yo tenía una novia, la que sigo amando ahora y tú me pides que la deje para irme a tu lado. Todos los chicos decías que estabas muy buena, así sin más. Decían que tenías buen cuerpo, y en esos momentos comencé a fijarme yo también, te miraba cuando tú no te dabas cuenta, buscaba tu cuerpo y tus curvas cuando todos descansaban de mirarte, quería que fueses sólo para mí. No lo conseguía. Con el tiempo empezamos a hablar, éramos compañeros de clase y era lógico que tuviéramos que pedirnos apuntes y esas cosas.
Del compañerismos surgió la amistad, y de la amistad el roce, del roce el deseo y del deseo nuestro primer beso. Pero antes de ese beso ya había conseguido agarrarte por la cintura, sí, no sabía el motivo pero te agarré lentamente por la cintura y fue una sensación sin igual, tú me la devolviste con una sonrisa… Y en aquel entonces, con tu sonrisa había descubierto que además de un cuerpo precioso tenías unos ojos que hipnotizaban, y yo siempre fui fácil de hipnotizar. Te acercaste a mí con tus ojos, buscando algo, pero yo no te lo di, sin embargo sí te di un beso, y no sé por qué, yo tenía novia en aquel entonces y la sigo teniendo ahora. Además tú también lo sabías, sin embargo no rehuiste de mis labios, no sé porque. Cómo dijo aquel escritor argentino de bahía, por un segundo lo olvidamos.
Desde entonces hasta la próxima vez que volvimos a hablar pasó algo de tiempo, un par de semanas, yo nunca le dije nada a nadie, y mucho menos a mi novia. No sé si tú lo hiciste, jamás te lo pregunté, no soportaría saber que alguien más sabe que fui infiel. Pero volvimos a encontrarnos y volvió a suceder, esta vez con más ansia, con más deseo y no fueron sólo besos. Tú lo recordarás tan bien como yo, cómo nuestras manos recorrían nuestros cuerpos, esa fue la primera vez pero no la última.
En este tiempo hemos llegado a hacer el amor, varias veces, no nos bastaba con nuestros besos para desfogar la pasión, ambos necesitábamos más, pero cada uno por una razón distinta, tú por amor, yo por lujuria. Para hacer el amor sintiendo algo por la otra persona ya tenía a mi novia, que la engañaba, la engañé mucho pero la amaba. ¿Sabes? Ella me ama y no puedo dejarla tirada por todo esto.
No puedo seguirte más, lo siento, cuando todo empezó yo no era consciente de que podríamos llegar a tanto, yo ni siquiera sabía que tú me estabas amando, y es que yo sólo miré tus curvas y tus ojos, la forma de hacerme el amor, y no te pedía nada más que no fuese sexo y besos, pero tú siempre quisiste más y yo no supe verlo, y ahora me doy cuenta, tarde pero me doy cuenta: quieres que deje a mi novia y me vaya contigo, que hagamos una vida juntos, pero lo que me pides no puedo hacerlo. Lo siento, tú para mí sólo fuiste un deseo, una ilusión que sé no debiera haber probado nunca pero lo hice.
Mañana todo será igual, sólo seremos un recuerdo por eso no te preocupes. No nos volveremos a besar, al menos no si me pides amor, o si me pides que la deje. Yo no puedo hacerlo, jamás lo haré, la amo… pero, seguramente ella me deje cuando se entere de lo nuestro, entonces no sé que podría pasar entre nosotros dos.
Jamás debí agarrarte por la cintura y mirarte tan fijamente a los ojos, jamás te debí besar.